lunes, 30 de enero de 2012

15. El Navajas

     - Jefe, ¿se puede?

     Morales esperó respuesta, comprendió que esta no llegaría nunca y entró de igual manera. El Comisario Gutiérrez, ya disgustado por la intromisión que le estaba interrumpiendo el cigarrillo, observó con aprensión el grueso dossier que portaba su subordinado. Grueso no, enorme, una monstruosidad que seguro que estaría dispuesto a enseñarle página a página hasta matarle de aburrimiento.

     - ¿Qué es eso, Morales?
     - "El asesino del imperdible", jefe...
     - ¿El asesino del imperdible?
     - Sí, es por bautizarle de alguna manera, jefe, y como siempre deja en sus víctimas un papel con su apellido, así, "Gutiérrez", y como siempre engancha ese papel con un imperdible...
     - Vale, vale, Morales, para ya... ¿qué pasa con el asesino del imperdible?
     - He pensado que, como el asesino le conoce a usted y parece no tenerle en muy alta estima, tal vez sea algún criminal al que usted detuvo en el pasado y que quiere vengarse... mire, aquí están las fichas de todos sus detenidos, jefe... son 59...

     Gutiérrez observó el dossier. Caras de mala leche y vidas de delincuencia y depravación. A algunos ya ni los recordaba. La verdad es que en esta ocasión Morales había hecho un buen trabajo. No le dijo nada, por supuesto, no fuera a ser que se le subieran los humos... así que 59 detenidos... vaya... eran bastantes... el asesino del imperdible sería el número 60...

     El comisario pensó unos instantes en la magia del número sesenta, en los minutos y segundos, en su prodigiosa divisibilidad, en el sistema de numeración sexagesimal utlizado en Babilonia, hasta que decidió que ya era hora de dejar de pensar en gilipolleces y ponerse manos a la obra.

     - Busquemos a todos estos desgraciados, Morales...
     - No hace falta, jefe...
     - ¿Cómo?
     - 37 de ellos siguen aún en prisión.

     Vaya, eso facilitaba las cosas... bendito sistema penitenciario...

     - Así que solo tenemos que buscar a 22, ¿no?
     - Sí, jefe. De hecho...
     - ¿De hecho?
     - De hecho solo uno de los 22 fue detenido por delitos de sangre, jefe. Quizá sea quien buscamos... mire...

     Morales señaló una foto. Aurelio Martínez, alias "el Navajas".

     - Coño, Morales, ¿"el Navajas" está libre, tú lo sabías y me tienes aquí perdiendo el tiempo? Vamos a por él ya mismo...

     Salieron tan rápido que el cigarrillo permaneció en el cenicero, humeando, todavía un rato.